Fusión de escuelas unidocentes: la propuesta del MEP para reducir gastos
Casi cuatro de cada 10 centros en Costa Rica son unidocentes. Mientras se proyectan megaescuelas, cientos de niños recorren largas distancias sin transporte ni apoyo estatal.
En Costa Rica, casi cuatro de cada diez escuelas son unidocentes, es decir, cuentan con una sola profesora para un máximo de diez estudiantes de distintos niveles. Aunque parezca un reto, el Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) lo considera una clave para combatir la deserción escolar.
“Este modelo de escuela hace la atención más personalizada y, según nuestras investigaciones, evita el abandono de los estudiantes”, explica Luis Loría, investigador del CIDE-UNA.
Sandra Campos recuerda que su infancia estuvo marcada por esa realidad: “Recuerdo que duraba hasta dos horas a pie para llegar a la escuela”, cuenta. Hoy, la historia se repite con sus dos nietos, a quienes ella y su esposo trasladan hasta seis kilómetros para que asistan a la escuela María Vargas en Alajuela.
“Ellos no tienen beca de transporte, el papá tenía carro, pero ahora nos toca a nosotros traerlos hasta acá”, relata Campos.
El año pasado, el Ministerio de Educación Pública (MEP) anunció la inauguración para 2025 de tres megaescuelas en Upala, Alajuela y Limón. El proyecto busca renovar instalaciones de centros antiguos y, a la vez, consolidar un modelo de fusión de escuelas unidocentes.
“En la medida en que eso sea posible, nuestra intención será optimizar los recursos”, señaló Leonardo Sánchez en junio de 2024, cuando aún era viceministro de Educación.
Sin embargo, la realidad actual dista mucho de esa promesa: los avances no se concretan, mientras persiste el debate sobre si fusionar o fortalecer las escuelas unidocentes.
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