Policías de Costa Rica no tienen niveles físicos óptimos, dice estudio de UCR
El sobrepeso afecta a los oficiales y pone en riesgo su labor.
Un estudio reciente de la Universidad de Costa Rica (UCR) examinó a cerca de 400 oficiales, tanto hombres como mujeres, pertenecientes a diferentes cuerpos policiales, incluyendo la Fuerza Pública y las policías municipales. Los resultados del estudio muestran una preocupación creciente, ya que, a pesar de que la mayoría de los uniformados se encuentran en la franja etaria de los 25 años, ya presentan deficiencias significativas en áreas clave como resistencia física, fuerza muscular y porcentaje de grasa corporal, lo que podría comprometer su capacidad operativa durante emergencias (ver nota completa en el video adjunto).
Las jornadas laborales de estos policías son extremadamente demandantes. Por ejemplo, un funcionario puede estar trabajando en Limón un día y en Guanacaste al siguiente, lo que implica largos desplazamientos y la necesidad de cubrir extensas áreas del país. Además, sus hábitos alimenticios suelen ser irregulares, ya que se alimentan en horarios y circunstancias que muchas veces no son las más apropiadas para mantener un buen estado físico. Esta combinación de factores afecta directamente su salud y capacidad operativa.
A pesar de que los oficiales de policía son frecuentemente denominados “atletas tácticos”, esta denominación no está destinada a hacer referencia a su participación en competiciones deportivas, sino a la necesidad de estar en condiciones físicas adecuadas para desempeñar su labor de protección y seguridad.
Sin embargo, muchos oficiales no se identifican con esta clasificación. No se consideran atletas en el sentido tradicional, lo que genera no solo una desconexión psicológica respecto a su labor, sino también un posible impacto negativo en su desempeño operativo.
Si bien no existe un peso específico ideal para un policía, está claro que los agentes de seguridad pública deben mantener un buen estado físico. Esto no solo es esencial para preservar su salud y garantizar su seguridad en el desempeño de sus funciones, sino también para salvaguardar la seguridad de la ciudadanía.
La mala condición física podría repercutir negativamente en la salud ocupacional de los oficiales, acortando su vida útil funcional y comprometiendo su capacidad para cumplir con sus responsabilidades de manera eficaz y eficiente.