11 de junio de 2025, 17:00 PM


MSc. Henry Álvarez / coach en desarrollo humano, liderazgo y familia.

En el año 2023 experimenté dos perdidas en mi vida, una a nivel personal y otra a nivel laboral. Cuando uno se encuentra en medio del huracán, no puede ver más que las olas que se levantan en contra, y se empieza a desesperar, la angustia y la desesperación gritan más fuerte que la esperanza. El sol se oculta y cada vez la oscuridad se hace cada día más extensa, uno siente que ya agotó todos los recursos, intelectuales, espirituales y económicos, y parece que ya no hay esperanza.  

 La vida está llena de desaciertos, de problemas no resueltos, los años pasan y los sueños se empiezan esfumar. Todas las puertas que parecían abrirse, se cierran, su matrimonio parece derrumbarse, todo parece que se fue por la borda, hay amenazas por doquier, un diagnóstico no esperado o la economía que no parece suficiente a las necesidades de la familia.

El problema es que no nos prepararon para el fracaso, para las adversidades, para esos momentos de crisis, más cuando somos bombardeados por las redes sociales sobre el pensamiento positivo, y por las corrientes consumistas y hedonistas. 

Vivimos en una sociedad que promueve el bienestar a través de estas corrientes, donde uno es feliz, según las riquezas y el éxito profesional que alcance. Frente a esta filosofía de vida, uno empieza a compararse con los otros, y el nivel de angustia, estrés, tristeza y desesperanza se elevan.

Puede empezar a salir de su poso, ver la luz en el túnel y empezar a navegar a un puerto seguro.

Dijo San Agustín: 

“Cuan hundidos están en el foso, aquellos que ya ni siquiera claman por salir”.

Para terminar, comparto algunos consejos prácticos:

  1. Recuerde que lo que está pasando tiene fecha de caducidad, no le dé una dimensión eterna, todo pasa. ​
  2. Las adversidades son una oportunidad para crecer, esta es unas de las mejores formas de hacerlo, porque si no nos estancamos, cuando todo nos sale bien, no estamos listos para crecer.
  3. Aprender a caminar un día a la vez, sin afanarse por el día del mañana, lo único que tenemos es el hoy. La preocupación nos quita la paz.
  4. Viva una vida agradecida, aprenda a estar contento con lo que tiene. El valor de la gratitud es poderoso para estar feliz.
  5. La felicidad es una decisión, decida cada mañana, cuando se levante, dígase a usted mismo, "yo soy feliz", aunque no tenga lo quisiera tener ni sienta nada.
  6. Empiece con lo que tiene, no espere tener todo en sus manos, use lo que tiene, todo lo grande, se empieza con pequeños logros. Puede que fracase en sus primeros intentos, pero no se rinda.
  7. Las cicatrices de la vida son la señal de que luchó y que no se dejó vencer por las circunstancias de la vida, que estuvo en la batalla y saldrá victorioso. Recuerde esto, la victoria, viene después de una batalla.


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