Por Deutsche Welle |12 de abril de 2025, 8:05 AM

Cientos de personas aguardaban este viernes (11.04.2025), a las puertas del Instituto de Patología Forense de Santo Domingo, a que les entregaran los cuerpos de sus familiares víctimas de la tragedia en la discoteca Jet Set, y lo hacían con una mezcla de dolor, de incomprensión y también de indignación.

Se trataba, en muchos casos, de familias enteras que, sentadas en fila bajo unos toldos para protegerse de la lluvia que caía en la ciudad, querían poder despedirse de los suyos e iniciar el duelo tras días de espera: primero, para saber qué había sido de sus allegados y, una vez confirmadas las peores noticias, para llevarse los cadáveres, velar a sus parientes y sepultarlos.

Desde que en la madrugada del martes pasado el derrumbe del techo de la discoteca causó la muerte de 221 personas y heridas a 189, muchos han deambulado desde el lugar del siniestro hasta los hospitales para terminar en el Instituto de Patología, donde han tenido que proceder a la identificación y esperar las autopsias y donde ahora miran a una pantalla en la que van apareciendo los nombres de los víctimas cuyos cuerpos ya se pueden recoger o a que los llamen por megafonía ("familiares de...").

"Es desesperante, que pidan refuerzos si no pueden" hacer todas las pruebas forenses, afirma a EFE Yunis García, cuyo hermano trabajaba como agente de seguridad en Jet Set. El cuerpo fue encontrado el jueves de madrugada, pero todavía no se le ha practicado la autopsia.

Explica que desde una semana antes de la tragedia al parecer caían escombros, polvillo que los trabajadores barrían y que desde hace al menos un par de meses "botaba agua" del techo, claramente "había un fallo" y, aunque "siempre decían que iban a remodelar, nada".

Otro hombre declara a los periodistas que quienes están allí "tienen familiares muertos por un bandido, pero que no se apure, que hay un dios ahí arriba, que su conciencia sabe lo que le va a esperar", en alusión al dueño de la discoteca, Antonio Espaillat.

Desesperación y depuración de responsabilidades

Los forenses trabajan sin descanso, está previsto que hoy acaben todas las autopsias para llevar a cabo la entrega de cuerpos, pero son muchas las víctimas y la espera para los familiares, larga. Los signos de cansancio son visibles.

Algunos, como Saúl Rodríguez, que aguarda el cadáver de su cuñada recuperado desde el primer día, consideran que esto "es un caos". Indignado, este hombre denuncia a EFE que "ha pesado la influencia" a la hora de hacer los trámites y las pruebas forenses, "quitan el tuyo y meten otro".

Otros, desesperados, se quejan de que no se ha hecho caso a las víctimas que eran trabajadoras del local siniestrado.

Es el caso de un miembro de seguridad del establecimiento, cuyo cuerpo aún no ha sido entregado y de quien la madre de sus hijas dice, entre lágrimas: "No solo los famosos tienen dolientes, los empleados tienen dolientes también, tienen familias, son padres y madres de familia también".

Mientras, otro hombre pide explicaciones y una solución. Su caso es muy distinto: ayer, al ir a recoger el cadáver de su 'hija de crianza', cuyos funerales ya tenían preparados, vieron que no era ella.

Aunque como narra a EFE le dijeron que les llamarían para entregarles los restos correctos, él prefiere estar ahí, esperar en el Patológico Forense y, aunque lo que quiere es que "la mamá pueda ver a su hija", teme que su cuerpo haya sido entregado ya a otra familia, por más que le aseguren que no.

Ir y venir de carros fúnebres

El trozo de calle donde está el instituto se encuentra cerrado al tráfico, custodiado por un camión del Ejército, y los agentes de tránsito solo permiten pasar a los autos de las funerarias que vienen a recoger cuerpos.

Para ellos, los militares, las fuerzas del orden que vigilan la zona tampoco está siendo una tarea fácil. Están "dolidos" también, pero, como aseguran unos policías nacionales justo en el lugar por donde salen los coches fúnebres ya cargados con los fallecidos, están y estarán allí para ayudar al pueblo.

También prestan ayuda voluntarios, psicólogos, médicos. Y la Junta Central Electoral, en un operativo extraordinario, ha instalado un puesto para que desde allí mismo los familiares puedan tramitar la declaración de defunción y evitarles trámites.

En un comunicado conjunto, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y el Instituto Nacional de Patología Forense anunciaron el reforzamiento del equipo médico con el propósito de concluir, este viernes, con el proceso de realizar la totalidad de las autopsias y entregar todos los cuerpos en las próximas horas.