Pena de muerte: récord de ejecuciones en casi una década
El número de ejecuciones registradas en el mundo superó las 1.500 en 2024, según Amnistía Internacional, la cifra más alta desde 2015. Y se sospecha que hay miles más.
Irán, Arabia Saudita e Irak concentraron el 90% de las ejecuciones registradas y fueron responsables del pronunciado aumento de la cifra global. Irán encabezó la lista: ejecutó al menos a 972 personas, frente a las 853 del año anterior.
En Arabia Saudita, las cifras se duplicaron hasta al menos 345 ejecuciones, la cifra más alta registrada en el país por Amnistía Internacional (AI). En Irak, la pena de muerte se aplicó 63 veces, casi cuadruplicando su registro de 2023.
Sin embargo, Amnistía Internacional nombra a China como el "principal verdugo del mundo" en su informe anual, afirmando que la información disponible indica que miles de personas han sido ejecutadas allí. El país se niega a revelar datos. La organización de derechos humanos también sospecha que Corea del Norte y Vietnam penalizan ampliamente con pena de muerte.
Silenciamiento de la disidencia
Arabia Saudita ha experimentado un fuerte aumento de las ejecuciones, pese a la agenda de modernización del príncipe heredero Mohammed bin Salman y sus promesas de frenar su uso. Según AI, la represión de la disidencia política fue un motivo principal.
Las autoridades saudíes han seguido usando la pena de muerte como arma para castigar a los ciudadanos de la minoría chií del país que apoyaron las protestas "antigubernamentales" entre 2011 y 2013, afirma la ONG: en agosto, ejecutaron a Abdulmajeed al-Nimr por delitos de terrorismo relacionados con haberse unido a Al-Qaeda, a pesar de que los documentos judiciales iniciales hacían clara referencia a su participación en las protestas.
Los medios y las autoridades saudíes demuestran que "el terrorismo puede utilizarse como herramienta para difundir la percepción de que la pena de muerte es necesaria para sofocar la disidencia y proteger a la ciudadanía", declaró Chiara Sangiorgio, experta en pena de muerte de Amnistía.
En Irán, también se produjeron otras dos ejecuciones en relación con las protestas nacionales provocadas por la muerte de Jina Mahsa Amini bajo custodia policial en 2022. Una de ellas fue la de Mohammad Ghobadlou, de 23 años, un manifestante con una enfermedad mental crónica.
"Quienes se atreven a desafiar a las autoridades se han enfrentado a los castigos más crueles, especialmente en Irán y Arabia Saudita, donde la pena de muerte se utiliza para silenciar a quienes tienen la valentía de alzar la voz", declaró la secretaria general de Amnistía, Agnès Callamard.
Delitos de drogas
Más del 40% de las ejecuciones en 2024 estuvieron relacionadas con delitos de drogas. Según el informe de Amnistía, la pena de muerte por esta razón está muy extendida en Singapur y China.
"En muchos contextos, se ha comprobado que condenar a muerte a personas por delitos relacionados con drogas afecta de forma desproporcionada a quienes provienen de entornos desfavorecidos, mientras que no tiene un efecto comprobado en la reducción del narcotráfico", lamentó Callamard.
Y añadió que es necesario instar a los Estados que actualmente consideran la introducción de la pena capital para delitos relacionados con drogas, como Maldivas, Nigeria y Tonga, a que prioricen los derechos humanos en sus políticas de drogas.
Sin embargo, en Malasia, unas 1.000 personas que se encontraban en el corredor de la muerte, muchas por cargos relacionados con drogas, fueron indultadas gracias a reformas puestas en marcha en 2023. El país eliminó la pena capital obligatoria para delitos como el narcotráfico.
Estados Unidos, un caso excepcional
Estados Unidos sigue siendo un caso excepcional en cuanto al uso de la pena de muerte entre las democracias occidentales. Si bien solo hubo un ligero aumento en sus cifras generales de 2024, de 24 a 25 ejecuciones, se observan tendencias preocupantes, según AI.
"Las cifras indican totales históricos muy bajos, tanto en ejecuciones como en sentencias. Sin embargo, el año pasado también vimos cómo cuatro estados reanudaban las ejecuciones: Carolina del Sur, Georgia, Utah e Indiana. Esto fue profundamente preocupante, ya que se trataba de estados donde no se habían llevado a cabo durante varios años", observa Chiara Sangiorgio, investigadora de AI.
En Alabama, el número de ejecuciones se duplicó e incluyó el uso de gas nitrógeno, pese a que los observadores de la ONU han señalado que la muerte por asfixia con hipoxia de nitrógeno podría constituir tortura.
Señales de esperanza
A pesar del alarmante aumento de ejecuciones, AI solo tiene constancia de 15 países que aplicaron la pena de muerte en 2024, el segundo año consecutivo con una cifra tan baja. "Esto indica un cambio con respecto a este castigo cruel, inhumano y degradante", declaró Callamard: "Es evidente que los Estados que mantienen la pena de muerte son una minoría aislada".
Un total de 145 países han abolido la pena de muerte en la ley o en la práctica. Y, por primera vez, dos tercios de la Asamblea General de la ONU votaron a favor de una moratoria sobre su uso.
Además, Sangiorgio, elogió la tendencia hacia la abolición en África. En 2024, Zimbabue promulgó una ley que abolió la pena de muerte, conservando el derecho a reinstaurarla en caso de estado de excepción. Se espera que se conmuten las penas de muerte de unas 60 personas. Otros seis países africanos han tomado medidas similares desde 2021.