Por AFP Agencia 24 de octubre de 2025, 11:34 AM

"Las redes sociales acabaron con el fútbol", protestó Renato Gaúcho cuando anunció su inesperada renuncia como entrenador del Fluminense de Rio de Janeiro.

Más allá de los atletas estrella, tradicionalmente más expuestos, la queja del veterano técnico brasileño denota un creciente hartazgo a la presión digital, que afecta también a quienes se sientan en el banquillo.

El impacto de las redes sociales es debate en el deporte rey desde hace unos años.

La FIFPRO -Federación Internacional de Futbolistas Profesionales- denuncia los "preocupantes niveles" de "ciberacoso" contra jugadores, técnicos, árbitros e incluso aficionados.

Tras el Mundial de Qatar 2022, la FIFA y la FIFPRO pidieron a las plataformas tomar medidas tras un informe que detectó más de 19.000 publicaciones de "carácter ofensivo, discriminatorio o amenazante" durante el torneo.

A nivel regional, la Conmebol lanzó en agosto un sistema para detectar mensajes de odio durante los partidos de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana y notificar a las autoridades en casos graves.

"Se acabó el fútbol. Las redes sociales acabaron con él tanto para el jugador como para el entrenador (...). Es una guerra de críticas", dijo Renato Portaluppi "Gaúcho", de 63 años, al renunciar en septiembre, tras la eliminación del Flu a manos del Lanús en la Copa Sudamericana.

Las últimas decisiones del exjugador, campeón de la Libertadores y la Copa Intercontinental en 1983 con Gremio, habían suscitado un aluvión de acusaciones en redes.

"El precio de la hiperexposición"

Los expertos subrayan cómo la crítica del público dejó de limitarse a los abucheos durante los partidos a ser constante.

"Antes, un técnico era llamado 'burro' en el estadio y aquello no pasaba del día siguiente. Hoy, la crítica circula a gran escala, es reseñada en la prensa y afecta a patrocinadores. Es el precio de la hiperexposición digital", dice Ivan Martinho, especialista en marketing deportivo.

El argentino Marcelo Bielsa, seleccionador de Uruguay rumbo al Mundial de 2026, ha sido otra voz crítica.

"Dicen que vendo humo", se quejó en su etapa como DT del Leeds United. "Como casi todos los entrenadores somos perdedores, estamos solos", sentenció.

"Siempre tienes uno o dos personajes que salen a escribir un montón de disparates en las redes sociales. Tierra de nadie, ¿no?", dijo por su parte el entrenador del Bahia y exportero Rogério Ceni.

Los entrenadores de Brasil están especialmente expuestos a las presiones inherentes al fútbol, como demuestra el hecho de que de los 20 clubes de primera división, 13 han cambiado al menos una vez de técnico a lo largo del campeonato 2025.

Solo cuatro entrenadores han estado más de un año en su actual equipo: Ceni, Abel Ferreira (Palmeiras), Filipe Luís (Flamengo) y Léo Condé (Ceará).

Guardiola, al margen

El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, uno de los más reputados del mundo, dice evitar las redes sociales.

"No me gustan (...). Ni TikTok, ni Instagram, ¡nada! Solo tengo mi teléfono y mis mensajes", declaró el español el año pasado a Sky Sports.

El creciente impacto de las redes sociales obliga a entrenadores y atletas a "estar preparados", dice a la AFP el psicólogo deportivo Vitor Guida.

"El entrenador necesita orientación (...) El apoyo psicológico y el de la institución (con la que trabaja) son esenciales para que se sienta respaldado", subraya.

Martinho también destaca que un buen manejo de redes abre también grandes oportunidades.

Durante la era digital, de hecho, la exposición del fútbol se multiplicó, traducida en mejores salarios y contratos de patrocinio, dice este experto.

Recientemente, entre los jugadores, los chilenos Felipe Loyola y Pablo Galdames, del argentino Independiente, cerraron sus cuentas.

Ambos fueron blanco de mensajes de rechazo por criticar la falta de medidas de seguridad en la batalla campal entre aficionados de ese equipo y Universidad de Chile en un partido en agosto de la Copa Sudamericana.

Fuera del fútbol, estrellas como la gimnasta estadounidense Simone Biles y la tenista japonesa Naomi Osaka tomaron distancia las redes sociales por "salud mental".

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