Por Andrés Martínez |21 de abril de 2025, 10:36 AM

El fallecimiento de un papa es, para la Iglesia, un proceso solemne de transición, cargado de simbolismo y protocolos centenarios. Sin embargo, el papa Francisco introdujo importantes modificaciones a estas prácticas, con el fin de hacerlas más sencillas, sobrias y espirituales (vea video adjunto de Telenoticias).

El protocolo, descrito en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, inicia con la confirmación oficial de la muerte, a cargo del cardenal camarlengo y el jefe del Departamento de Salud del Vaticano. El camarlengo debe tocar suavemente la frente del pontífice con un martillo de plata mientras pronuncia, en latín: "vere papa mortuus est" ("verdaderamente, el papa está muerto", en español).

Luego debe asegurar los documentos privados del pontífice y sellar sus aposentos.

En ese momento, el camarlengo se convierte en el gobernante y administrador de facto de la Santa Sede.

El cuerpo

El cadáver del papa se viste con una sotana blanca y de rojo. Sus restos descansan en un ataúd de madera, forrado de zinc.

Anteriormente, se depositaba en tres ataúdes distintos —uno de ciprés, otro de zinc y uno más de olmo— pero esto lo cambió Francisco en 2024.

También ordenó reducir otros elementos considerados pomposos, como la exposición en pedestal al público.

Después, el cuerpo se traslada a la capilla privada del papa, para que su entorno más cercano rinda los primeros respetos. Lo hacen el camarlengo, funcionarios y la familia del papa.

El camarlengo destruye el anillo del pescador, usado como sello y símbolo de autenticidad de los documentos firmados por un papa. Esto se entiende como el fin del papado.

Presentación de respeto

Por tradición, desde el siglo XIII, el cuerpo del papa se exponía, embalsamado y sobre un pedestal para que la multitud le rindiera respeto.

Esto varió. Ahora el cuerpo del papa será expuesto al público en su ataúd dentro de la Basílica de San Pedro. Sin embargo, ya no estará en exteriores ni elevado en el pedestal.

Los fieles católicos podrán, de forma simple, pero significativa, despedirse del pontífice.

El funeral

El funeral debe celebrarse entre cuatro y seis días después de la muerte. El ataúd se sellará la noche anterior. El rostro del pontífice se cubre con un velo de seda blanca y se coloca una bolsa con monedas acuñadas durante su pontificado, así como un texto con su biografía, que será leído antes de cerrar el ataúd.

Francisco pidió una liturgia enfocada en la fe cristiana y no en su figura personal. 

La sepultura

Francisco también modificó la norma que obligaba a enterrar a los papas en las grutas vaticanas en la Basílica de San Pedro: ahora pueden escoger otra iglesia. Él eligió la Basílica de Santa María la Mayor, por su devoción a la Virgen María, a quien siempre visitaba en ese templo para rezar.

El cónclave

La muerte del papa convoca al Colegio Cardenalicio, que es el grupo de cardenales que deberán escoger al sucesor.

Los cardenales deben llegar a Roma para empezar 15 días después de la muerte del papa con el cónclave. Las nuevas reglas indican que se puede esperar hasta 20 días por causas justificadas, o empezar antes si ya todos los electores están presentes.

El cónclave se reúne en la Capilla Sixtina y estarán ahí hasta que el humo blanco anuncie al nuevo sucesor de Pedro.

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