Por Rodolfo González |27 de julio de 2025, 9:01 AM

No todos en Israel apoyan la manera en que el actual gobierno de ese país está manejando las cosas, y algunso inclusive piensan en que es necesario un cambio de modelo.

Así lo aseguró Dina Siegel Vann, directora del Instituto Belfer para asuntos latinos y Latinoamericanos del American Jewish Committee (AJC). Esta una organización judía global dedicada a la gestión pública y diplomacia global más importante en el mundo. Tiene su sede en  Estados Unidos, pero cuenta con  14 oficinas alrededor del mundo.

Siegel estuvo recientemente en Costa Rica y conversó con Teletica.com acerca de varios temas, por ejemplo, la tensión que existe en algunos países  latinoamericanos con sus respectivas comunidades judías y también la influencia de Irán en la región. 

Presentamos a continuación un extracto de esa entrevista.

¿Han cambiado las relaciones entre Israel y los países de América Latina luego del ataque del 7 de octubre del 2023?

Ha habido un cambio dramático desde el 7 de octubre, que se refleja en el rompimiento de relaciones con Israel por parte de muchos países y también todo lo que es, digamos, el bajar de nivel las relaciones. O sea, si las relaciones eran en algún momento, las relaciones políticas, mucho más intensas, etcétera, hemos visto en algunos países que esto ha disminuido. 

Por ejemplo, te puedo decir el caso de Chile. Durante muchísimo tiempo las relaciones fueron muy cercanas y desde hace una década hemos visto que esto ha venido deteriorándose porque las generaciones jóvenes de chilenos palestinos, empezaron a identificarse con las partes más extremas, digamos, de su identidad palestina. Se identifican con Hamás, lo cual es muy extraño porque bajo Hamás, como tú sabes, los cristianos, los judíos, todas las minorías no han podido, a menos de que seas musulmán y de cierta tendencia musulmana, realmente no puedes vivir en ese contexto. 

El 7 de octubre fue realmente un hito, donde las relaciones cayeron mucho más en términos de su intensidad y hasta el momento, a pesar de que no ha habido rompimiento, casi no hay ningún tipo de conexión entre Israel y entre Chile. 

El otro caso es Colombia, con el presidente Petro, que sí rompió las relaciones con Israel. Colombia era el aliado más importante de Israel durante muchísimo tiempo. Era un aliado estratégico, no nada más por la cuestión, digamos, diplomática, sino realmente había muchísimas cuestiones de interés compartido, defensa, etc., por la cuestión del narcotráfico. Colombia realmente veía a Israel como un socio muy importante para protegerse, digamos, de este flagelo. Y hubo este rompimiento.

El presidente Petro, desde el 8 de octubre, se ha dedicado a emitir todo tipo de posteos, especialmente en X y en otros lugares, terribles, que rayan realmente en antisemitismo. Y eso es una de las cosas que hemos visto en la región, que no nada más han sido posturas, digamos, en desacuerdo con el comportamiento de Israel, sino que esto realmente ya ha rayado en el antisemitismo. Hemos visto un incremento sustancial en los niveles de antisemitismo en toda la región.

Así que sí hemos visto un deterioro significativo en las relaciones entre Israel y Iberoamérica desde entonces. Claro que hay casos, digamos, positivos, en el sentido de que no han perdido muchos de los gobiernos su claridad moral con respecto a Israel.

Hay países como Argentina, como Paraguay, como la propia Costa Rica, como la República Dominicana, donde los gobiernos han tenido una visión mucho más sofisticada con respecto a estos temas, y donde la claridad moral ha sido muy patente.

¿Por qué ustedes ha señalado  que se utiliza un doble estándar para calificar el conflicto de Israel comparado con otras guerras en distintas partes del mundo?

 Yo creo que hay varias razones.Una de las razones es que todo lo que tiene que ver con Tierra Santa, para el mundo en su conjunto, es un lugar donde conviven cristianos, musulmanes, judíos, para mucha gente este lugar realmente es importante dentro de su imaginario religioso, espiritual, etc. Pero hay otras razones que yo creo que son importantes. Una de ellas es que desde 1975, con la resolución sionismo-racismo de Naciones Unidas, hubo un cambio muy importante en las percepciones a nivel global con respecto a Israel.

Hasta ese momento, la mayoría de la comunidad internacional veía a Israel, o entendía la gesta de Israel en todo lo que era la autodefensa. Además, veían a Israel como un David que se estaba enfrentando al Goliath, todo lo que era el mundo árabe.

Viene lo de sionismo-racismo, que además estuvo orquestado por la Unión Soviética, que yo creo que eso también cambió muchísimo. Hasta ese momento, no había definición por parte de Estados Unidos o por parte de la Unión Soviética con respecto a de qué lado estaban. Y en 73, yo creo que hay una definición en ese sentido.

Estábamos también en el tiempo de la Guerra Fría. La Unión Soviética se alinea con el mundo árabe y con la  causa palestina, y por parte de Estados Unidos, ya ahí hay una afinidad muy cercana y clara con Israel. Y ahí empieza, digamos, una dicotomía que estamos viendo hasta el día de hoy, pero sionismo-racismo yo creo que es un parte aguas, porque en ese momento, por primera vez, el movimiento de liberación del pueblo judío es deslegitimado a nivel internacional.

Por el otro lado yo sí creo que hay un elemento de antisemitismo, lamentablemente. Y no lo utilizo en forma ligera porque mucha gente dice: "bueno, si hay algún diferendo en términos de cómo está actuando el gobierno de Israel los judíos siempre dicen que es por antisemitismo", pero no, no lo estoy utilizando en forma ligera.

Creo que tenemos la capacidad para ver cuando hay argumentos legítimos, ningún Estado está más allá del bien y del mal, cuando hay argumentos legítimos que critican ciertas políticas del Estado de Israel en turno, eso es completamente diferente a decir "el Estado de Israel tiene que desaparecer", que es lo que estamos escuchando hoy por hoy desde el 7 de octubre. Lamentablemente, ese es el tipo de argumentaciones que estamos escuchando. Están planteando la destrucción del Estado de Israel.

¿Entiendo que internamente en Israel tampoco hay un solo bloque homogeneo apoyando al gobierno y que, más bien, hay voces que piensan disinto en la forma en cómo se está conduciendo todo?

El pueblo judío siempre ha sido un pueblo que está en constante conversación consigo mismo, con Dios, con el entorno, etcétera. Israel es un reflejo también de esa tradición talmúdica, etcétera. Y existen muchas posturas que sí están de acuerdo con la postura actual del gobierno, pero hay muchas otras que están en contra del gobierno actual y que están planteando otro modelo, digamos, para la región, para la coexistencia con la región, etcétera. Y así es el caso también en Estados Unidos, o en otras partes del mundo. El judaísmo a nivel global está en continua discusión y división y escisión con respecto a eso.


¿Cómo considera que es la cobertura de los medios de comunicación en América Latina referente a este conflicto?

Poco sofisticado, muy maniqueo, blanco, negro, buenos, malos, muy poco profundo. Un periódico como El País, por ejemplo, en España, que es un periódico que mucha gente en América Latina, muchos líderes de opinión, etcétera, lo siguen. Si te das cuenta, está totalmente sesgado en forma ideológica hacia un lado.

No hay esta aspiración a presentar los distintos puntos de vista y permitirle al lector o al radioescucha o la gente que está viendo un programa de televisión llegar a su propia conclusión. Generalmente vemos la cosa bastante básica y tergiversada. Hay un compromiso con ciertas posturas ideológicas en vez de con el oficio.

Y eso nos preocupa enormemente. Y volvemos a lo mismo. Los medios sociales han sido en ese sentido una fuente de ruido, más que de esclarecimiento o de información fidedigna, etcétera.

No todos, obviamente estoy hablando en términos generales, pero vemos que, por ejemplo, el antisemitismo ha crecido enormemente a través de los medios sociales, que ese ha sido una de las fuentes fundamentales que muchas de estas ideas equivocadas estén pulmulando cada vez más. 


Volvamos al tema de los países donde hay un mayor grado de rechazo en los últimos años. ¿Las comunidades judías en esos países están sintiendo eso al interno? 

Absolutamente. La comunidad judía de Chile ha estado realmente en una situación de sentirse muy vulnerables y el presidente Boric nunca se ha reunido con ellos.

Son sus ciudadanos, independientemente de su postura con Israel o no, se sienten sumamente vulnerables. De hecho, sabemos que la Relatoría de Libertad Religiosa de Naciones Unidas estaba tan preocupada que mandó una carta pidiéndole explicaciones al gobierno de Chile por esa situación, porque la comunidad no puede ni siquiera festejar sus festividades de Hanukkah sin sentir el vandalismo o que les digan que no pueden celebrarlo, etc. Entonces, se sienten bajo acecho, no se sienten totalmente seguros.

Y el caso de Colombia es también terrible. El caso de Colombia, como tú sabes, recientemente hubo una reunión de este grupo de la Haya, que fue fundado por Bolivia, Cuba, Nicaragua, Honduras, también estuvo el presidente Lula y vinieron algunas otras personas, que su único motivo era discutir cómo presionar a Israel o sancionar a Israel por lo que estaba haciendo en Gaza. Se les olvidaron los rehenes, se les olvidó cómo empezó todo esto.

La comunidad de Colombia está extremadamente preocupada por esto. Las relaciones también con Estados Unidos, como tú sabes, ahora medio que están en una situación complicada. Ambos países retiraron a sus embajadores. Entonces, las comunidades están muy, muy asustadas de que puede haber algún tipo de violencia. Especialmente, recordemos, hace unos días se conmemoró el 31º aniversario del atentado contra AMIA.

Se nos olvida que América Latina fue escenario de dos ataques terroristas, uno en 1992 y otro en 1994 en Argentina, llevados a cabo por Irán. 

Irán está muy presente en esta región y que las declaraciones por parte de líderes políticos como Petro y como Boric tienen consecuencias. Las cosas empiezan con declaraciones y con expresiones de odio o de hostilidad y eso escala.

¿Cuál es el plan que tienen ustedes como organización en países como esos? 

Nosotros tratamos siempre de construir puentes. Somos una organización que creo que tenemos el respeto de todo el espectro ideológico porque somos no partidistas, somos centristas. El centro se ha perdido hoy por hoy en un mundo tan polarizado.

Nosotros somos centristas y siempre tratamos de construir puentes y de encontrar maneras para acercar y para resolver situaciones como esta en forma constructiva. Cuando no se puede, tratamos de ver de qué manera podemos apalancar ciertos recursos que pueden de alguna manera causar impacto. La opinión pública en medios de comunicación, etc.

Tratamos de encontrar maneras de hacerle ver a estos gobiernos que están actuando en forma no sólo destructiva para sus comunidades judías, sino para sus sociedades en conjunto. El antisemitismo sabemos que empieza con los judíos, pero eventualmente alcanza a otros grupos. Lo vimos durante la Segunda Guerra Mundial y lo hemos visto en otros contextos.

El antisemitismo es un síntoma de sociedades enfermas. Lo que tratamos de hacer ver a estos gobiernos es que este es un problema que no es sólo un problema de la comunidad judía, es un problema de sociedad en su conjunto y que tienen que hacer lo que tengan que hacer para evitar que esto escale.

Empujamos recursos como, por ejemplo, hay unas Global Guidelines que son guías o acciones básicas que esperamos que todos los gobiernos sigan a nivel global para combatir y prevenir el antisemitismo y tratamos de que estos países se adhieran a estas Guidelines y que puedan implementar a nivel de educación, a nivel de legislación, a nivel de opinión pública estas medidas para prevenir y para combatir el antisemitismo.


¿Hay granjas  de trolles trabajando en sembrar odio y antisemitismo? 

El año pasado, la directora de inteligencia en la época de Biden, la directora de inteligencia nacional salió abiertamente a decir en Estados Unidos que Irán estaba detrás de muchos de los encampments en las universidades americanas.

No queremos decir que no hay gente que a lo mejor puede estar a favor o en contra de políticas que se están llevando a cabo en Medio Oriente. Pero esto iba mucho más allá de eso. Y dijo claramente que Irán estaba detrás de todo esto.

Son los mismos actores los que están tratando de crear este tipo de divisiones y tratando de fortalecer esta imagen de Israel como un estado racista, genocida, apartheid, etc. Eso no nos cabe la menor duda.

Irán está muy detrás de esto, sabemos que Rusia también está detrás de todo esto. Eso también se ha identificado claramente. 

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