Por Mariana Valladares |18 de junio de 2025, 15:30 PM

“Te avisa el teléfono y tienes un minuto y medio para meterte al cuarto de seguridad”. Así describe Nathalie del Rosario Rivera García, una costarricense que vive en Israel, el nivel de tensión con el que ha aprendido a convivir desde que se intensificó el conflicto armado entre ese país e Irán.

Ella reside en Guiv'at Shmuel, a pocos minutos de Tel Aviv, junto a su esposo israelí y sus cuatro hijos, quienes tienen edades entre 1 año y diez.

En su casa también se encuentran ahora sus padres y su hermano, quienes llegaron de visita desde Costa Rica apenas dos días antes de que estallara la nueva ola de ataques. 

“Venían a celebrar el cumpleaños de la bebé… y comenzó la guerra”, dijo, con voz entrecortada.

Rivera contó  a Teletica.com que, aunque había vivido en Estados Unidos durante 12 años y estaba acostumbrada a cierta estabilidad, decidió mudarse a Israel hace año y medio para que sus hijos crecieran cerca de su familia política. 

“No queríamos que crecieran solos, sin tener recuerdos con sus tíos o abuelos. Tomamos la decisión cuando todo estaba tranquilo. Nunca pensamos que esto iba a pasar”, confesó. 

Este video fue grabado por Nathalie desde una ventana de su hogar:


Pero la tranquilidad se convirtió en alarma nocturna. 

“En el día no es tanto, pero en la noche atacan más… cuando la gente quiere descansar”, aseguró. 

Detalla que su teléfono suena con alertas anticipadas sobre posibles misiles, y que a veces eso se acompaña de sirenas que anuncian la inminencia del impacto. Agregó que "a veces suena solo el teléfono, y uno corre. Otras veces suena la sirena y ya sabes que el peligro es real”.

La cercanía de los bombardeos la ha dejado en estado de alerta permanente. 

“Hace poco cayó un misil a 10 minutos de donde vivimos… nunca había escuchado algo así. Se siente la tensión en el aire. No estamos acostumbrados a esto en Costa Rica. Uno escucha un ruido y ya se asusta”.

Aunque intenta mantener la calma por sus hijos, reconoce que el miedo es difícil de disimular. 

“Mi mamá está muy nerviosa, nunca ha vivido algo así. Mi papá y mi esposo tratan de estar tranquilos, pero uno, como madre, no puede evitar preocuparse”.

Su día a día ha cambiado. No trabaja fuera del hogar y se dedica al cuido de los niños, mientras su esposo mantiene un empleo que le exige viajar constantemente a Estados Unidos. Aun así, intenta sacar a los niños a caminar durante el día, cuando hay algo más de calma. “No se puede vivir todo el tiempo encerrados ni transmitirles tanto miedo”.

Contó que para ella es muy extraño, porque los israelíes intentan seguir su vida con normalidad: los supermercados abren, algunos servicios de transporte público están habilitados, pero ellos viven con temor.

“No sé… mi mente está en otro lado. No me ubico. Estoy como en automático”, admite.

También confirma que el aeropuerto se mantiene cerrado, salvo para vuelos específicos que traen ciudadanos israelíes de regreso al país. 

Para Nathalie, narrar lo que vive es casi imposible. 

“No sé ni cómo explicarlo. Es una experiencia muy fea, que no le deseo a nadie. Gracias a Dios Costa Rica es un país de paz, pero esto es otro mundo”.

Con voz firme, pero cargada de incertidumbre, dice que su única esperanza es mantener la fe. “Solo nos queda confiar en Dios. Él sabe el destino de cada uno… estés donde estés”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica recomendó el pasado viernes suspender todos los viajes a Israel e Irán, debido a la escalada militar en la región. 

La Cancillería alertó que la situación podría agravarse y advirtió que las posibilidades de evacuar a costarricenses son “muy limitadas”, debido a la falta de recursos materiales y económicos. 

Según explicó el canciller, Arnoldo André, este miércoles en la conferencia previa al Consejo de Gobierno, hay aproximadamente 157 ticos en Qatar y unos 200 en Israel. 

"Tenemos varias solicitudes de costarricenses, que se les ayude a evacuar. Nuestro Consulado, no solo Tel Aviv, también Turquía, Emiratos Arabes y Qatar, hacen su mayor esfuerzo para contactar con países latinoamericanos que tienen aviones y posibilidades militares para ir evacuando a los costarricenses que desean regresar. Hemos ido evacuando, poco a poco, los casos más urgentes", agregó André. 

Este medio expuso a la Cancillería la situación de esta familia costarricense y solicitó información sobre qué pueden hacer, al igual que si hay otros ticos atrapados en Medio Oriente. Hasta el momento de publicación de esta nota, no hay respuesta.

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