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¿Bebé en camino? Estos fueron los nombres más populares en Costa Rica en el último año
En 2024, el país registró 48.890 nacimientos, un 8,4% menos que en 2023.
En Costa Rica, el 2024 cerró con un total de 48.890 nacimientos, una cifra que no solo revela las tendencias en nombres de bebés, sino también un cambio demográfico notable: cada vez nacen menos personas en el país.
Según datos de la Sección de Inscripciones del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), los nombres Isabella y Santiago fueron los más utilizados por madres y padres costarricenses el año anterior.
Isabella encabezó la lista de nombres femeninos con 222 inscripciones, seguido por Luciana (193), Valentina (187), Antonella (185) y Sara (132).

En el caso de los varones, Santiago fue el nombre más popular, con 239 registros; luego aparecen Mateo y Julián (ambos con 203), así como Samuel, Emiliano y Sebastián.

¿Qué nombres dominan este 2025?
En lo que va del 2025, hasta el mes de abril, las preferencias se mantienen similares. Luciana es el nombre femenino más registrado, con 64 inscripciones, seguido de cerca por Isabella (61) y Valentina (53). También destacan Victoria, Antonella, Emma y Zoe.
En los nombres masculinos, Julián ocupa el primer lugar con 70 inscripciones, seguido por Emiliano (59), Mateo (55) y Noah (54).
Estos patrones muestran una clara inclinación por nombres internacionales o de origen latino, con una fuerte presencia de nombres bíblicos, suaves y modernos. También se observa una continuidad en la elección de ciertos nombres entre un año y otro, lo cual refuerza algunas modas culturales en cuanto a la identidad de los recién nacidos.
Más allá de las preferencias de nombres, hay una disminución sostenida de nacimientos en el país. En los últimos cinco años, Costa Rica ha visto una caída constante en el número de nacimientos registrados.
Esta tendencia está respaldada por las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), que muestran una reducción en la tasa bruta de natalidad, es decir, el número de nacimientos por cada 1.000 habitantes. En 2020 la tasa era de 11,4, y bajó a 8,87 en 2024.
Este fenómeno refleja una transformación social más amplia: las familias costarricenses son cada vez más pequeñas, y muchas personas deciden postergar o no tener hijos. Factores como los costos de vida, el acceso a educación y trabajo, y cambios en los proyectos de vida individuales influyen directamente en esta reducción.
Con este panorama, Costa Rica no solo enfrenta cambios en los nombres de sus nuevos ciudadanos, sino también en su estructura demográfica a largo plazo.