Por Valeria Martínez 7 de noviembre de 2025, 19:45 PM

El cierre de la Ruta 32 está provocando fuertes congestionamientos en las rutas alternas hacia el Caribe del país.

Si quieren viajar hacia Limón, los conductores se ven obligados a utilizar tres rutas alternas: la de Vara Blanca, habilitada únicamente para automotores livianos; la ruta 10, que conecta Turrialba con Siquirres y el trayecto por Bajos de Chilamate hasta Vuelta de Kooper.

Estas carreteras, que no fueron diseñadas para soportar el volumen de tránsito que normalmente circula por la Ruta 32, presentan fuerte congestionamiento y extensas presas.

En Cartago los conductores reportan demoras de hasta una hora con cuarenta minutos solo para llegar al centro de la provincia.

El alcalde, Mario Redond, asegura que los proyectos viales en el sector de Taras y La Lima también están complicando aún más la circulación.

Quienes se dirigen hasta Limón enfrentan trayectos de más de cuatro horas.

La ruta 10, que atraviesa Turrialba, se ha convertido en una verdadera odisea: una carretera de 170 kilómetros, con un solo carril por sentido, numerosos ascensos y descensos y decenas de curvas que incrementan el consumo de combustible y el desgaste de los vehículos.

Incluso un día como ayer, Telenoticias presenció el vuelco y choque de varios vehículos articulados, incidentes que generaron aún más presas y complicaciones en la zona.

Transportistas, turistas y vecinos de las comunidades afectadas coinciden en que los cierres reiterados de la Ruta 32 revelan la falta de alternativas viales eficientes para conectar el valle central con el caribe, una región clave para la economía nacional.

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