Por Gabriel Pacheco |19 de julio de 2025, 8:00 AM

El 19 de julio del año 2000, Costa Rica despertó con imágenes de televisión que robaban el aliento: catres completamente calcinados, restos humanos quemados, cenizas por doquier y decenas de personas llorando a las afueras de lo que fue un asilo de ancianos. 

Poco antes de la media noche del 18 de julio, un corto circuito provocó un incendio que arrasó en minutos el hogar de ancianos de Tilarán y le quitó la vida a 17 adultos mayores. Sin embargo, en aquella ocasión las cámaras no captaron a Rafael Ulate Artavia, para entonces él ya estaba en su casa preparándose para volver al trabajo. No había dormido. Imposible hacerlo después de lo que vivió. 

"Cuando yo pasé por aquí, mi compañero me dijo, ¿por qué no entramos para ver cómo quedó todo? Pero yo no entré. Yo ya había visto todo lo que tenía que ver", cuenta este vecino del octavo cantón de Guanacaste. 

Para cuando tuvo esa conversación, ya habían pasado poco más de 7 horas desde que derribó el portón del acilo. 

Él tenía que llevar a la Planta Hidroeléctrica de Arenal a unos compañeros pasadas las once de la noche. Cuando regresaba, vio el humo saliendo del lugar. Pensó que era fuego en un platanar, pero al acercarse no tuvo duda de que se estaba quemando el hogar de ancianos. 

Rafael Ulate
Rafael Ulate habló con el programa 7Días a 25 años de la tragedia que marcó su vida.

Como nadie le abria el portón, él se lo llevó por delante con el carro. Se estacionó frente a la capilla del hogar de ancianos y vio a los adultos mayores yendo y viniendo por los pasillos. De inmediato, corrió hacia ellos entre el denso humo y empezó a sacarlos de la zona con fuego. 

Junto a él estaba su compañero Óscar Herrera Chacón, él trabajó junto a Rafael para sacar a los adultos mayores que deambulaban perdidos entre la noche y el fuego. Ambos evitaron que la tragedia se hiciera aún mayor. 

"La dificultad más grande fue cuando había dos adultos mayores en un cuarto al que el cielo raso ya se estaba quemando.

Yo veo una silueta de una señora. Entonces, me pongo a quebrar celosías y verdaderamente ella estaba paradita y le hacía señas y ella se dejó venir donde yo estaba.

En el momento que ella se viene, vuelvo a ver a un lado y hay otra señora, pero en la esquina del mismo cuarto. Entonces yo saqué a la señora y de una vez me fui al otro ventanal. No estaba a mi alcance, entonces yo la llamaba y la llamaba.

Yo la agarré de los bracitos y se me resbaló, pues ya la sentí quemada atrás. Como aceitosa. Entonces, le metí las manitas por el medio de la por las piernitas y también se me resbaló, pero había que sacarla en ese momento, no había otra opción.

Luego me di cuenta de que ella era cieguita, por eso ella estaba paradita, no volvió a ver a nadie ni nada", cuanta Ulate. 

Cuando los bomberos y la Cruz Roja llegaron y el lugar se llenó de vecinos, Rafael dejó la escena, pero la historia no lo olvidó. Años después, ya no precisa del todo bien la fecha exacta, el Cuerpo de Bomberos reconoció su labor con una condecoración honorífica. 

"Cuando iban a inaugura la estación de Tilarán, comenzaron a averiguar qué era lo que había pasado y quién estaba involucrado en el incendio, entonces fue cuando nos encontraron a mi y a mi compañero Óscar", dice. 

"Esto no es para figurar", reconoce. Por ello, en muchas ocasiones se ha quedado en el anonimato cuando se habla de la tragedia de Tilarán. 

"Yo lo he tomado siempre como algo que tenía que hacerse. Eso me nació. Hacer lo que tenía que hacer a cambio de nada.  Entonces, nunca me he puesto a pensar que si es algo de un héroe, no", finalizó Rafael Ulate. 

Su historia completa y los testimonios de quienes vieron cara a cara el dolor, la tragedia y el miedo aquella noche y madrugada estarán juntos en un reportaje que presentará el programa 7 Días el próximo lunes 21 de julio, a 25 años del segundo incendio más mortal en la historia de Costa Rica. 

Vea el reportaje completo a partir de las 8:00 p. m. por canal 7 y Teletica.com 

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