Por Mariela Montero Salazar |8 de junio de 2025, 8:00 AM

Panamá iniciará en enero de 2026 la construcción de un ferrocarril de 475 kilómetros que conectará Ciudad de Panamá con Paso Canoas, en la frontera con Costa Rica. El ambicioso proyecto contempla 14 estaciones y permitirá el transporte de pasajeros y carga a velocidades de hasta 180 km/h.

La ruta entre Ciudad de Panamá y David podrá completarse en apenas tres horas, y ya se ha definido Paso Canoas como el punto de enlace con nuestro país. Pero las aspiraciones panameñas van más allá: el objetivo es consolidar un tren de alcance centroamericano.

Del lado costarricense, el presidente Rodrigo Chaves ha calificado la idea como “interesante” y “muy rentable”. Sin embargo, ¿qué tan cerca está Costa Rica de sumarse a este proyecto?

A consultas de Teletica.com, el presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), Álvaro Bermúdez, dijo que ya se encuentran en la fase de estudios de prefactibilidad. “Hay que estudiar la demanda, los costos y las implicaciones”, explicó Bermúdez.

Una vez concluidos estos análisis, se pasará a la fase de factibilidad, donde se determinará si el proyecto puede sostenerse financieramente.

“Este mecanismo permite que la iniciativa privada avance con los estudios de prefactibilidad. Después vendrá la fase de factibilidad”, agregó el jerarca.

Según Bermúdez, para que Costa Rica se incorpore oficialmente al plan, será clave demostrar que existe suficiente demanda de carga. 

“La demanda es lo que tiene que justificar el proyecto. ¿Cuántos contenedores van a utilizar ese tren para que sea rentable?”, cuestionó.

Agregó que parte de la carga que cruza el Canal de Panamá o llega directamente a sus puertos podría ser trasladada por tren hacia Costa Rica, y desde aquí continuar su recorrido hacia otros países de Centroamérica.

“La cantidad de contenedores que se monten en Panamá, crucen Costa Rica y lleguen a la frontera con Nicaragua, por ejemplo, debe ser tal que cubra el costo del servicio, genere utilidad para la empresa concesionaria y, en un plazo razonable, permita recuperar la inversión”, detalló el presidente del Incofer.

Uno de los principales retos, según el Incofer, será la diferencia geográfica entre ambos países. Se requerirán estudios geológicos, ambientales, financieros y legales para determinar si será necesario construir túneles, viaductos o realizar expropiaciones.

“Son inversiones públicas; hay que ser responsables”, subrayó el presidente ejecutivo. La inversión estimada supera los miles de millones de dólares, por lo que cada etapa de evaluación es crítica antes de comprometer recursos del Estado.

De concretarse, el proyecto no solo permitiría un tránsito más eficiente de mercancías entre el Caribe y el Pacífico, sino que también podría dinamizar la economía de la zona sur de Costa Rica, históricamente rezagada.

“Para la zona sur y para todo el país, sería un desarrollo económico muy fuerte”, aseguró Bermúdez.

El Incofer también destacó que Costa Rica y Panamá avanzan en estudios de forma paralela. Aunque el país vecino no ha finalizado sus análisis, sus conclusiones influirán directamente en la evaluación costarricense. “El impacto del proyecto del tren en Panamá afecta a Costa Rica. Vamos en paralelo, estudiando la demanda, los costos y las implicaciones”, insistió.

Por ahora, nada está decidido. Hasta que no se verifiquen la demanda, los costos y la viabilidad técnica del proyecto, el Gobierno costarricense no tomará una decisión definitiva.

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