Por Luis Jiménez |18 de julio de 2025, 18:46 PM

El  video de una pareja mostrándose cariño en un concierto de Coldplay se volvió viral debido a que se trataba de una relación extramarital.

Ambos, al verse en las pantallas, se separaron abruptamente pero ya era tarde y todos los habían visto. 

El tema ha sido motivo de memes pero también de reflexión; ¿puede una persona reclamar o evitar que su imagen sea expuesta en un concierto de este tipo?

En Costa Rica, aunque el Código Civil no regula de forma explícita el derecho a la imagen, este se encuentra protegido por normas constitucionales, penales y por la Ley de Protección de la Persona frente al Tratamiento de sus Datos Personales (Ley 8968), lo que implica límites claros para su uso.

Asistir a un concierto o espectáculo público implica un consentimiento implícito para que tu imagen pueda ser captada incidentalmente. Sin embargo, ese consentimiento no es absoluto.

De hecho, el uso de la imagen personal debe estar justificado, informado y respetar la dignidad humana, especialmente si hay una posibilidad de difusión fuera del recinto o con fines comerciales.

Así lo explicó Mauricio París, abogado especialista en tecnología y derecho digital, quien subraya que la imagen personal es, en sí misma, un dato personal y, por tanto, se encuentra bajo la protección de la legislación costarricense sobre datos personales.

"La imagen personal es un dato personal, por ende, su uso, recolección y tratamiento cae bajo las reglas de la Ley de protección de datos personales. En el caso de dinámicas como la 'Kiss Cam' o proyecciones en pantalla, incluso si hay advertencias en boletos o rótulos, eso no sería suficiente bajo la legislación nacional.

"En Costa Rica la ley dice que lo único que permite que una persona, empresa u organización utilice un dato personal de otra persona es el consentimiento. Ese consentimiento tiene que ser expreso, es decir, no puede haber espacio para un consentimiento tácito, como sería eventualmente simplemente el que haya una advertencia en un boleto", señaló Paris.

Esto quiere decir que, aunque se trate de un evento masivo, el hecho de estar presente no equivale a renunciar automáticamente al derecho a la privacidad.

Otro punto relevante es la diferencia entre la proyección interna en pantallas dentro del evento y la difusión posterior de esas imágenes.

"La difusión que se haga de esas imágenes particulares ya no sería responsabilidad del productor del evento si él no lo está difundiendo. Pero si la grabación salió del organizador del evento y terminó filtrándose, eso podría generar una responsabilidad mayor", indicó París.

Además, aunque muchas personas disfrutan aparecer en las pantallas de conciertos y saludan a la cámara, eso no implica que todos lo deseen ni que pierdan sus derechos.

"El hecho de que incluso una mayoría de las personas quiere utilizar esas dinámicas no quiere decir que todas las personas pierdan su derecho a la intimidad y a no participar de la dinámica. Los consumidores deben ser informados de forma clara y previa si su imagen podría ser grabada, con detalles sobre qué uso se le dará.

"Usted puede estar en un evento con 50 mil personas, pero tiene derecho a que los momentos que quiera que queden solo para usted, así sea en un espacio masivo, sigan siendo privados", enfatizó Paris.

En caso de uso no autorizado, la persona afectada podría presentar una denuncia ante la Agencia de Protección de Datos Personales e incluso demandar por daños y perjuicios, incluyendo daño moral.

El licenciado Marvin Carvajal, quien es abogado constitucionalista, explicó que en Estados Unidos desde hace varios años la jurisprudencia ha determinado que el grado de protección que tiene la privacidad disminuye cuando se trata de si una persona es voluntariamente pública y, en este caso del concierto de Coldplay, viendo que es una persona conocida por su ámbito empresarial, es voluntariamente pública.

“Si estuviéramos en Costa Rica, habría que considerar si la persona es voluntariamente pública y está siendo captada por publicidad o acto empresarial o con su ramo de actividad o con una actividad privada, y en nuestro medio la protección sería un poco mayor, sería ilegítimo revelar las imágenes de estas personas sin su consentimiento.

“Pero en Estados Unidos sería considerada legítimo. La imagen no es un dato sensible, siempre goza de una protección, el tema acá es que una divulgación de mi imagen no autorizada por mí debería relacionarse con las relaciones de mi notoriedad. Aquí en el país, los organizadores de un concierto, en su venta de tiquetes, deben de informar que su imagen podría ser utilizada durante el evento”, manifestó Carvajal.


¿Las imágenes del concierto de Coldplay son prueba para un proceso de divorcio?

El abogado, Joseph Rivera, considera que este video es una causal para presentar un proceso de divorcio por parte de la parte afectada.

“En Costa Rica este hecho de la pareja es una causal para presentar un proceso de divorcio por adulterio porque están siendo infiel, eso sí, siempre y cuando vivieran en Costa Rica porque estamos hablando de las leyes de nuestro país. Esto es prueba idónea para mostrar el adulterio siempre y cuando fueran costarricenses.

“En cuanto al derecho de la imagen, no afectaría porque en un concierto esto no es delito, no afecta el orden público, la moral, ni las buenas costumbres. Sin embargo, cuando usted va a un concierto, ya sea en el tiquete o cuando usted va a hacer la compra de este, debe de aceptar que su imagen puede usarse durante el evento público, porque si no está explícito en el boleto o en el sitio web podría incurrir en una falta”, agregó Rivera.

Caso del concierto de Coldplay

Una cámara que captaba besos y muestras de cariño entre los asistentes a un concierto de Coldplay en Boston generó un video que se ha vuelto viral en prácticamente todo el mundo.

El hecho ocurrió cuando la llamada "kisscam" empezó a registrar a las distintas parejas abrazándose o besándose mientras sonaba la música.

De repente, se observó en las pantallas a una pareja mostrándose cariño. Al percatarse de que estaban siendo vistos por todos, rápidamente se distancian.

Poco después trascendió que era Byron y una de sus subalternas en la compañía. El escándalo fue mayúsculo cuando se supo que él es un hombre casado. Él es el CEO de una reconocida empresa relacionada con el manejo de datos en los Estados Unidos.

Se trata de Astronomer, cuyo más alto ejecutivo, Andy Byron, se ve ahora envuelto en un escándalo de infidelidad.

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