Por Mariela Montero Salazar 28 de septiembre de 2025, 15:20 PM

Costa Rica enfrenta un momento crítico en su camino al séptimo Mundial. De 16 puntos disponibles en las eliminatorias, la Selección solo ha sumado 2.

Le restan cuatro partidos decisivos, cada uno clave: primero contra Honduras (fuera), luego Nicaragua (en casa), Haití (fuera) y finalmente Honduras (en casa). Cada resultado puede cambiar el rumbo de la clasificación.

Leiner Vargas, economista y catedrático del CINPE, advierte que quedar fuera no solo sería un golpe deportivo, sino económico: el país podría perder hasta $120 millones

El impacto directo se calcula a partir de los premios que la FIFA otorga y la experiencia de Costa Rica en mundiales anteriores. Son cifras relacionadas con la preparación del equipo y todo el proceso previo al torneo”, explica Vargas.

Según sus cálculos, el impacto directo incluye: el premio FIFA perdido entre $9 y $12 millones, el apoyo de preparación de $1,5 a $2 millones, y a eso hay que sumarte los derechos televisivos, los patrocinios asociados y los ingresos por merchandising, sumando un total de $14 a $25 millones.

El impacto indirecto, señala Vargas, puede ser aún mayor, con un efecto estimado entre $50 y $70 millones, incluyendo consumo en bares, restaurantes y transmisiones, ingresos en publicidad y medios, y el impacto en turismo y la marca país.

Sobre los jugadores, el economista advierte que la menor exposición internacional reduce fichajes, contratos publicitarios (entre $2 y $5 millones) y valorización en el mercado ($10 a $15 millones). Vargas recuerda que Keylor Navas, tras su participación en el Mundial 2014, llegó al Real Madrid, evidenciando cómo un Mundial puede abrir oportunidades profesionales.

Además advierte un impacto fuerte en el ánimo y en el comportamiento de las personas posterior a una derrota o una no clasificación, y además eso se transfiere en el tiempo.

"No es algo que duele solo un fin de semana; afecta todo el proceso hasta la llegada del Mundial e incluso los primeros partidos. Este sentimiento puede acumularse en el colectivo, generar mayor violencia, pérdida de valores y afectar incluso las elecciones de febrero” aclara el economista de la UNA.

Sobre este punto, Francisco Navarro Picado, investigador de la UCR y especialista en mercadeo deportivo, señala que la decepción también repercute en el consumo:

"La norma social nos impulsa a comprar productos porque la sociedad lo ve como correcto. Si la selección está bien, todos quieren su camisa. Pero con dudas sobre la clasificación, adquirirla requiere justificar el gasto. Además, una sociedad feliz consume más: se motiva a invertir en deporte, en restaurantes o en ver los partidos en bares, generando un efecto económico adicional", recalca Navarro.

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