Por Juan José Herrera |6 de septiembre de 2025, 8:43 AM

De los 16 candidatos a la Presidencia ya confirmados para la elección de 2026, solo Álvaro Ramos (PLN) tuvo que ganarse ese derecho en un proceso interno.

En todos los demás casos, las asambleas nacionales sencillamente ratificaron a sus aspirantes sin mayor oposición.

La otra excepción pudo haber sido el PUSC, pero la salida de Leslye Bojorges de ese proceso interno dejó a Juan Carlos Hidalgo como único contendiente a la candidatura socialcristiana.

Con ese panorama surge entonces la duda: ¿Hay más consensos a lo interno de los partidos o menos interesados?

“Estamos enfrentando un cambio estructural en el sistema de partidos políticos de Costa Rica. Si bien aún quedan algunos resabios de modelos consolidados en el papado, como el PLN o el PUSC, donde la dinámica interna era bastante prolija y para un mismo puesto podía haber dos, tres y hasta más aspirantes, la nueva realidad es que ahora hay agrupaciones más temporales o de efímera permanencia, que participan en una o dos elecciones y ya luego desaparecen”, explicó el analista político, Sergio Araya.

En esa nueva realidad, según Araya, converge también la creciente apatía de la ciudadanía por los partidos políticos y una creciente inclinación hacia las figuras, lo que también inclina a las agrupaciones a perseguir a esos nombres por encima de identidad partidaria.

“Todos los estudios coinciden en que la mayoría de la gente ya no tiene simpatía ni se identifica con un partido, entonces aquella tesis de mantener partidos sobrios, permanentes, institucionales, que de verdad logren aglutinar un segmento de la sociedad a través de sus representantes y traducir esa doctrina o valores, ha ido perdiendo fuerza.

“Y eso también tiene su origen en aquella visión de traer ‘outsiders’, deportistas o figuras conocidas, lo que ahora conocemos como 'influencers', personas con cierta influencia pública para atraer al electorado, pero que incide directamente en esa debilidad partidaria”, añadió.

Eso, agrega Araya, también hace más difícil para los propios partidos el tener líderes dentro de sus agrupaciones que se disputen las candidaturas internas, pues es también más común ver a figuras abandonar a sus divisas para formar otros partidos o sumarse a movimientos ya existentes.

“Ahí es donde también entran lo que ahora conocemos como los partidos taxi, o movimientos que responden a liderazgos personales, objetivos específicos y efectos coyunturales, donde sus seguidores están claros en su rol de apoyar, pero no participar activamente en esos procesos internos.

“Antes era impensado que un líder de un partido, digamos el PUSC, abandonara el partido y lo aceptaran en la acera del frente, ahora vemos incluso personas que pierden una elección interna y luego se van a otro partido a disputar la Presidencia en la misma elección”, finalizó Araya.

Hasta ahora hay 23 partidos debidamente inscritos para disputar la elección de 2026; sin embargo, no todos han completado los procesos de ratificación de candidaturas, para lo cual el plazo vence el próximo 28 de setiembre.

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