“Era para que hubiera muertos”: Seis adultos sobreviven tras caída a guindo en Turrialba
Vecinos de la zona se refieren al peligro de la ruta donde ocurrió este accidente.
Seis personas, entre ellas una embarazada, sobrevivieron luego de que el pick-up en el que viajaban cayera a un guindo de aproximadamente 60 metros de profundidad en la Ruta 10, sobre el puente del río Chitaría, en Pavones de Turrialba.
“Milagro en Turrialba. Gracias a Dios están todos bien porque, por dónde cayó ese carro, era para que hubiera muertos”, expresaron Yenory Thomas y Daysi Ortiz, vecinas de Turrialba.
El accidente ocurrió a las 5:45 a. m. del domingo y movilizó de inmediato a unidades del Benemérito Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja Costarricense y personal de rescate de COMSER.
El vehículo, en el que iban cuatro mujeres y dos hombres adultos, cayó al vacío por causas que aún están en investigación. Los dos hombres lograron salir por sus propios medios, mientras que las cuatro mujeres quedaron atrapadas entre la estructura del carro y la vegetación del terreno.
“Para todos los que algún día van a pasar por acá, tengan mucho cuidado, no es el primer accidente, esta ruta es peligrosa, no se pueden distraer ni un segundo, no digo que este sea el caso ni sé qué pasó, pero es para que estén en todas”, comentó Nelo Flores, vecino de la zona.
El rescate fue complejo y requirió más de tres horas de maniobras con técnicas de cuerdas.
“Durante tres horas, trabajamos con cinco ambulancias, dos vehículos de rescate y 30 cruzrojistas. Entre los traslados, dos en condición crítica y cuatro urgentes. Todos fueron llevados al Hospital William Allen Taylor”, detalló Samir Arce, de la Cruz Roja Costarricense.
A pesar de la gravedad del incidente, las autoridades confirmaron que todos los ocupantes del vehículo sobrevivieron, aunque algunos permanecen en el centro médico.
Hasta el momento, se desconocen las causas exactas del accidente.
“Esa ruta no es para correr, se debe ir despacio porque hay muchas curvas y la calle es angosta. La velocidad jamás debe ser un acompañante de nadie, pero la prudencia sí”, agregó May Aguilar, otra habitante del lugar.
