Madre de joven asesinada tras sentencia: “Viviremos con dolor por no saber dónde están”
Dos hombres fueron condenados a 70 años de cárcel por el asesinato de Nahomy Ramírez, de 22 años, y Kristel Patricia Aguilar, de 21, cuyos cuerpos nunca aparecieron.
El Tribunal Penal de Limón condenó, este martes 25 de febrero, a dos hombres a 70 años de cárcel por el asesinato de Nahomy Ramírez Jiménez, de 22 años, y Kristel Patricia Aguilar Ortiz, de 21. A pesar de la sentencia, el paradero de los cuerpos de las jóvenes sigue siendo un misterio.
Graciela Jiménez, mamá de Nahomy, conversó con Teletica.com y manifestó que siempre vivirá con el dolor de no saber dónde está su hija.
"Yo sé que este veredicto no nos va a devolver a Nahomy y Kristel; pero, por lo menos, de alguna manera, se hizo justicia. Gracias a las personas por acompañarnos en cada paso, ayudarnos para sanar nuestros corazones y poder sacar adelante a nuestras niñas", dijo Jiménez.
Las jóvenes desaparecieron el 17 de febrero de 2023 tras asistir, presuntamente, a una fiesta en el centro de Limón.
Durante el juicio, que inició el 15 de enero, la Fiscalía expuso cómo los imputados intentaron borrar todo rastro del crimen, limpiando la vivienda y deshaciéndose de los cuerpos, los cuales trasladaron a otros sitios antes de quemarlos.
"Desde que comenzó el juicio estaba muy mal de los nervios, me ha afectado demasiado, no estuve en todo el debate porque emocionalmente estaba muy mal. También sé que ahí en el juicio no están todas las personas involucradas en los hechos", comentó Jiménez.
Además de los ahora condenados, otros dos hondureños fueron investigados como parte de la organización señalada de cometer los homicidios. Uno de ellos murió dos días después de los hechos, y el otro, identificado como Víctor Alfonso Rosales, sigue prófugo.
Sin embargo, la ausencia de los cuerpos de las víctimas sigue siendo una herida abierta para las familias.
"No pudimos despedirlas, simplemente las desaparecieron y nosotros quedamos con las manos vacías. A estos hombres que condenaron, sus familiares los pueden llamar, ir a visitarlos a la cárcel, pero nosotros ni tan siquiera podemos ir al cementerio a dejarles flores o rezarles porque sus cuerpos nunca aparecieron", expresó Jiménez.
El dolor de la familia de Graciela se refleja especialmente en su nieta de cinco años, quien sigue preguntando por su madre.
"Mi nieta siempre me pregunta por su mamá y yo lo único que le digo es que está en el cielo y no puede venir. Ella me dice que le diga a Dios que la deje venir, pero es muy difícil todo esto y más aún todo lo que revivimos con el juicio", concluyó.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) encontró indicios como sangre de las jóvenes, en la casa donde estuvieron, aparentemente de fiesta; sin embargo, nunca encontraron sus restos.