Sin barreras ni excusas: la inspiradora vida de Don Ricardo
En su silla de ruedas, recorre hasta 30 kilómetros diarios, trabaja con caña de azúcar y aún encuentra tiempo para bailar y disfrutar de la vida.
Llegamos con la móvil de Telecable, la móvil que conecta con las historias de Más que Noticias, hasta Pital de San Carlos para conocer la historia de Don Ricardo, un verdadero ejemplo a seguir en la comunidad.
Don Ricardo es una persona con discapacidad, pero eso no le impide realizar ejercicio todos los días. En su silla de ruedas se traslada aproximadamente 14 kilómetros diarios, aunque confiesa que en ocasiones llega a hacer 15 o hasta 30 kilómetros.
El ejercicio siempre le apasionó, y desde que sufrió un accidente, se dio a la tarea de encontrar una forma de mantenerse activo. Don Ricardo recuerda con emoción cómo solía meterse a los redondeles. Fue precisamente en uno de esos eventos donde, al intentar salvar a un montador, un toro lo embistió, causándole una fractura en la columna que lo dejó sin movilidad en sus piernas.
Hoy, Don Ricardo vive con su madre, Doña Zeneida Fonseca, una adulta mayor de 94 años, y con sus hermanos. Como buen sancarleño, trabaja procesando caña de azúcar, y asegura que estar en una silla de ruedas no lo limita. Sin embargo, admite que los primeros dos años tras el accidente fueron muy duros, pero afirma con convicción que "todo está en la mente".
Después del accidente, se dedicó por más de 10 años a vender lotería, también vendió naranjas en el centro de Pital, y ahora comercializa jugo de caña de azúcar.
En las tardes aprovecha el internet para ver series o películas junto a su madre, y asegura que su vida es "muy tranqui". Incluso, Don Ricardo hasta baila con su silla de ruedas, demostrando que su espíritu sigue más fuerte que nunca.
La historia de Don Ricardo es un recordatorio de que la verdadera fortaleza no está en las piernas, sino en el corazón y la mente. Con actitud positiva, resiliencia y amor por la vida, ha logrado reinventarse y convertirse en una inspiración para todos en Pital y más allá.