Felicia trenza más que cabello en las playas de Herradura
Felicia trabaja al aire libre con el viento como aliado y la cultura como inspiración. Cada cliente se lleva más que un estilo: se lleva una conexión humana.
Frente a la playa de Herradura, bajo una sombrilla colorida y con el sonido constante del mar, Felicia María Ibarra trenza mucho más que cabello. Trenza raíces, historias y emociones. Nació en Cartagena, Colombia, y recorrió varios países de América Latina antes de encontrar en Costa Rica un nuevo hogar.
Desde hace dos años, su “oficina” está al aire libre: el sol es su lámpara, la arena su piso y el viento su compañero. Allí, peina a turistas, vecinos y curiosos que se detienen a observar cómo sus manos bailan entre mechones de cabello.
“Cada trenza que hago es un pedacito de mi cultura”, afirma Felicia. Lo suyo no es solo una técnica: es un arte cargado de significado. Cada peinado tiene un nombre, un patrón y una intención. Más que embellecer, Felicia honra una tradición ancestral que ha sido transmitida de generación en generación en la cultura afrodescendiente.
Su sonrisa, su ritmo pausado y su entrega convierten la experiencia en algo más que un arreglo estético. Quienes se sientan frente a ella no solo salen peinados, sino también tocados por un acto profundamente humano.
Repase su historia completa en el video que está en la portada de este artículo.