Por Sebastián Durango |22 de julio de 2025, 17:55 PM

En Paraíso de Cartago vive un hombre que ha dedicado su vida a una tradición que muchos temen ver desaparecer. Su nombre es Jorge Rodríguez, tiene 63 años y es mascarero de corazón. 

Entre barro, pintura y mucha imaginación, ha logrado algo que pocos pueden contar: transformar su propiedad en un auténtico pueblo de máscaras, donde cada figura tiene su propia historia… y, según algunos vecinos, hasta cobran vida por la noche.

La pasión de Jorge no nació por casualidad. Es un legado que corre por sus venas, heredado de sus abuelos y tíos, quienes le enseñaron desde pequeño el arte de dar forma a estas imponentes figuras. Décadas después, él continúa moldeando máscaras pequeñas, medianas y grandes, con la esperanza de que la magia de la mascarada no se apague con el tiempo.

Su casa es mucho más que una vivienda: es un santuario del arte popular costarricense. Un museo viviente donde duendes, diablos y personajes tradicionales parecen custodiar el lugar como si fueran viejos amigos.

Pero Jorge no solo las crea, también les da vida en las calles. Participa activamente en mascaradas y fiestas patronales, baila con sus máscaras y lleva alegría, tradición y cultura a quienes lo rodean. Su energía y carisma contagian a niños, adultos y turistas por igual.

Si desea conocer su trabajo, visitar su mágico patio o encargar una de sus creaciones, puede contactarlo directamente al 6130-2714.

Repase el reportaje completo en el video que aparece en la portada de este artículo.

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