Rice and beans, patty y queque negro ponen a Limón en la mesa de la identidad nacional
Platos icónicos y dulces callejeros muestran cómo el sabor une generaciones y preserva la memoria de un pueblo.
En el Caribe costarricense, cada platillo es un pedazo de historia. En el marco del Día de la Persona Afrocostarricense, viajamos a Siquirres, Limón, con un propósito claro: descubrir sabor, historia y a las personas que cocinan con el corazón. Lo que encontramos fue mucho más: una comunidad que resguarda su identidad a través de sus recetas, sus aromas y su gente.
En el restaurante Martel, el aroma a coco y especias nos recibió con calidez. Allí conocimos a dos cocineras que no solo sirven comida, sirven tradición. Entre risas recordaron que aprendieron a cocinar de madres, tías y abuelas. Sus favoritos son el rice and beans y el pollo al coco, platos que hoy siguen marcando la identidad de la región.
Más adelante, en una esquina bañada por el sol, apareció Day, un hombre que camina con una cajita de madera bajo el brazo. Dentro guarda patty, cocadas, pan bon y otros dulces típicos. Pero lo que realmente reparte es alegría, memoria y sabor.
El recorrido culminó con Silvia Biesdby, una verdadera joya viva. Su especialidad es el queque negro navideño, preparado con frutas maceradas durante meses en ron y especias, una receta transmitida de generación en generación.
Visitar Limón en esta fecha no fue solo un viaje gastronómico, fue también un encuentro cultural y emocional. Cada plato, cada sabor y cada historia son testimonio de un pueblo que mantiene viva su herencia afrodescendiente.
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