Por Sebastián Durango |22 de abril de 2025, 18:59 PM

En medio del bullicio de la capital, donde la rutina a menudo ahoga las historias humanas, hay un lugar donde la esperanza florece entre paredes humildes y corazones generosos. Se trata de la Fundación Lloverá, un refugio de amor y solidaridad para migrantes que llegan al país en busca de una nueva oportunidad de vida (ver nota completa en el video adjunto).

Niños con miradas de asombro, jóvenes con sueños aún intactos y adultos marcados por caminos difíciles encuentran en esta casa mucho más que comida y hospedaje: encuentran una familia. Cada persona que cruza la puerta de Fundación Lloverá recibe un plato de comida caliente, un lugar seguro donde dormir y, sobre todo, un gesto de dignidad.

El alma de este proyecto es su fundador, Esteban Blanco, quien años atrás se destacaba como nadador profesional. Su vida cambió de manera radical tras un accidente de tránsito que lo obligó a replantear su rumbo. Lejos de hundirse en la adversidad, emergió con un propósito renovado: dedicar su vida al servicio de quienes más lo necesitan. Así nació la Fundación Lloverá, como un acto de fe y compasión.

Pero la noble labor no es sencilla. Para mantener en pie esta casa de acogida, se necesitan al menos cuatro millones de colones mensuales, destinados a cubrir alimentos, servicios y cuidados básicos para quienes allí se refugian. Es una misión gigante, pero no imposible si cada corazón solidario decide sumar su granito de arena.

Si usted desea apoyar esta causa que transforma vidas día con día, puede hacerlo a través de un SINPE Móvil al número 8821-5248. Porque en tiempos donde todo parece acelerado y egoísta, aún hay quienes creen que ayudar al prójimo es la mejor manera de cambiar el mundo.

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