Por Gabriel Pacheco |12 de abril de 2025, 8:00 AM

En el 2008, por primera vez en el mundo, una persona utilizó una prótesis íntegramente creada a partir de la impresión 3D. 17 años después de ese hito, la medicina ha dedicado un trabajo largo y tendido para incorporar esta tecnología a la salud humana. 

Las razones para hacerlo son muchas: la rapidez para desarrollar, lo económico de sus materiales, la ligereza del modelo final, la posibilidad de crear piezas completamente personalizadas que faciliten la cirugía, entre otras ventajas. 

En Costa Rica, la Fundación Biónica trabaja desde el 2019 en el desarrollo de prótesis de miembros superiores, incluso hasta un 150% más económicas que las que venden casas comerciales con materiales convencionales.

Las fabricadas en nuestro país están compuestas por cerca de 35 piezas, las cuales se pueden fabricar de manera individual, en caso de que una se dañe y requiera cambio.

"Muchos de los pacientes amputados son de un estrato social bajo, entonces no tienen los medios para poder adquirir una prótesis. Eso es un tema importante, porque, a veces, relacionamos el tema de amputación únicamente con el tema de un accidente; pero hay enfermedades que los pueden llevar a ello, como la diabetes", explica David Meléndez, de la Fundación Biónica.

La fundación aprovecha el voluntariado para que otras personas con impresoras 3D participen en el desarrollo de las prótesis, lo cual abarata los costos. 

"En el área médica, tenemos muchos materiales que son de grado médico, que se pueden implantar y pueden estar en contacto con los tejidos, porque sé que se pueden esterilizar. Tenemos materiales para Ortopedia, materiales rígidos, flexibles... Es una de las grandes ventajas", puntualizó Meléndez. 

A nivel público, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en el 2022, incursionó con esta tecnología, en conjunto con el Instituto Nacional de Aprendizaje, al crear 35 prótesis craneales para pacientes del Hospital México, pero van más allá. 

Actualmente, el Taller Nacional de Prótesis tiene un programa de investigación y desarrollo para que la misma institución pueda fabricar estas y otras prótesis con tecnología 3D, lo que reduce significativamente los costos, porque actualmente la Caja debe importarlas.

"Estamos en un proceso de investigación que tiene un plan de cinco años, por ahora llevamos un año de trabajo. Estamos en la fase de investigación. A finales de este año, está planeado que podamos tener la máquina que nos permita imprimir prótesis", explicó Mabellín Guzmán, jefe del Laboratorio de Prótesis. 

El hecho de tener la máquina para este año no implica que será en 2025 cuando empiecen a utilizar estas prótesis en pacientes, porque aún falta un proceso exhaustivo de validación y ajustes para tener estándares de calidad internacionales equivalentes a los que utiliza la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos. 

"Nosotros lo que hacemos es que tomamos el TAC y lo convertimos en un archivo 3D que permite el desarrollo de una prótesis a la medida, eso facilita mucho el trabajo en sala y hace más rápido el proceso", detalló Guzmán.

A nivel internacional, la ciencia apuesta por desarrollar prótesis con esta tecnología utilizando incluso el propio material genético del paciente, en Estados Unidos ya trabajan desde el 2017 en alcanzar este hito científico. 

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