33 años cantando, enseñando y defendiendo el calypso limonense
Con sus hijos y su guitarra, Rafael Zapata ha hecho del calypso una herramienta de memoria, cultura y alegría.
Con 65 años y una energía que contagia, Rafael Zapata es mucho más que un músico: es un guardián del calypso limonense, ese ritmo alegre que nació entre palmas y playas, y que sigue vivo gracias a voces como la suya.
"Yo me dedico al calypso hace 33 años, lo aprendí en la universidad, gracias a dos compañeros: Oscar Sequeira y Alberto Makey", recuerda con gratitud y una sonrisa. Desde entonces, no ha dejado de cantarle al pueblo de Limón y a toda Costa Rica.
Rafael es cantautor, intérprete y promotor cultural. Su compromiso con el calypso va mucho más allá de los escenarios: ha sembrado ese amor en nuevas generaciones, inspirando y formando a jóvenes para que esta herencia musical no se pierda.
Y lo ha hecho desde lo más profundo del corazón. Junto a sus hijos creó la agrupación "Rafael Zapata y su Caribbean Calypso", un proyecto familiar donde el talento, el ritmo y la identidad se entrelazan en cada presentación.
Hoy, su música sigue sonando fuerte, con letras que hablan de la vida, del Caribe, de la alegría y también de las luchas. Porque, como dice Rafael, el calypso no es solo para bailar: es para contar historias.
Repase el reportaje completo en el video que aparece en la portada de este artículo.