Con botas y guitarra, Don Luis canta al ritmo de la vida en el campo
Desde temprano, este campesino inicia su día con ordeños y canciones. Su historia refleja el alma vibrante de la Costa Rica rural.
En el pintoresco pueblo de San Jerónimo de Esparza, los días comienzan muy temprano… y con música. Así vive Don Luis Flores, un campesino de espíritu alegre y voz afinada, quien ha sabido combinar su amor por el campo con una gran pasión por el canto.
Con sus botas puestas y una sonrisa sincera, inicia cada jornada entonando canciones que llenan de energía el amanecer. No se trata solo de un pasatiempo: Don Luis formó su propio grupo musical, Los Alegres, con el que ha recorrido escenarios locales compartiendo su entusiasmo y talento.
Después de una buena cantada, llega la hora de trabajar la tierra. En su finca lo esperan sus vacas lecheras, a las que cuida con dedicación, paciencia y cariño. Las reconoce a cada una y las trata como parte de su vida, con ese respeto que solo nace de una conexión auténtica con la naturaleza.
Desde muy joven, Don Luis ha estado ligado al trabajo agrícola. Hoy, con la misma pasión de siempre, continúa fiel a esa rutina que lo conecta con sus raíces y con la esencia de la Costa Rica rural.
Cada palabra, cada gesto y cada nota reflejan el orgullo de quien ha crecido con el campo y para el campo. Entre cantos, ordeños y la serenidad del entorno, Don Luis es testimonio viviente de una forma de vida que sigue latiendo con fuerza.
Repase su historia completa en el video adjunto en la portada del artículo.