El poder del color afro se convierte en identidad viva en las calles de Siquirres
El Siki Parade en Siquirres muestra cómo cada traje es un acto de memoria, fuerza y alegría compartida en comunidad.
Los colores llamativos, las telas fluidas, los accesorios grandes y las texturas vibrantes de la vestimenta afrocostarricense no son simples adornos: cada elemento narra la historia de un pueblo. Más allá de la belleza y la alegría, esta indumentaria encierra un profundo valor simbólico que refleja identidad, orgullo y resistencia.
La elección de cada traje en celebraciones y desfiles es un proceso que requiere paciencia, cuidado y conocimiento cultural. María Muñoz, reconocida en su comunidad por su talento, ha dedicado años a confeccionar estas piezas únicas que cobran vida en actividades como el Siki Parade en Siquirres.
Los accesorios son parte esencial del conjunto. Hechos con materiales naturales como el coco o diseñados con colores intensos y formas llamativas, completan la indumentaria tradicional. Pañuelos en la cabeza —usados, en su momento, como símbolo de resistencia—, así como collares, aretes y sombreros, representan un legado que va más allá de la moda para convertirse en expresión de orgullo.
Confeccionarlos no es sencillo. Doña Xinia, una de las artesanas más reconocidas de su comunidad, ha convertido este oficio en una manera de preservar la memoria colectiva. Cada pieza que crea es un símbolo de fuerza, belleza y herencia cultural.
La vestimenta y los accesorios en la cultura afrocostarricense son, en definitiva, una expresión viva de creatividad, unidad y pertenencia. Cada traje, cada color y cada accesorio son un canto a la herencia afrodescendiente, celebrado con la misma alegría y fuerza que caracteriza a quienes lo mantienen vivo.
Repase el reportaje completo en el video que está en la portada del artículo.