Por Johnny López |9 de junio de 2025, 18:55 PM

En Llano Grande de Cartago, una figura destaca entre colores, madera tallada y pasos firmes: la de don Gerardo Monge Sanabria, un boyero que ha dedicado su vida a preservar una de las tradiciones más emblemáticas del país.

Desde que tenía siete años, don Gerardo aprendió junto a su padre los secretos del oficio: cómo guiar, cuidar y respetar a los bueyes, esos animales nobles que por generaciones fueron el motor de la vida agrícola en Costa Rica.

“Yo tenía siete años cuando aprendí junto a mi papá todo lo relacionado a este mundo. Es una pasión que me sigue llenando de alegría”, cuenta don Gerardo.

Hoy, décadas después, su compromiso se mantiene intacto. Participa año tras año en desfiles y actividades tradicionales, siempre acompañado de su carreta y de una yunta muy especial: sus “bueyes gemelos mellizos”.

Según los expertos, ese tipo de nacimiento ocurre solo una vez cada 2.000 partos, lo que hace de su yunta un verdadero fenómeno que acapara miradas dondequiera que va. El parecido entre los animales y la conexión que tienen con su guía sorprenden incluso a otros boyeros.

Don Gerardo no solo lleva las riendas de sus bueyes, también carga sobre sus hombros la responsabilidad de mantener viva una herencia cultural que forma parte de la identidad costarricense. En cada paso de su yunta, en cada giro de la carreta pintada, revive el alma de una tradición que se niega a desaparecer.

Repase el reportaje completo en el video que está en la portada de esta nota.

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