Este tamal ayudó a construir una capilla en Alajuelita
Con una receta heredada y mucho esfuerzo, Óscar Solano convirtió su tamal asado en el alma de las fiestas y el motor de una obra comunitaria.
En Santa María del Llano, en Alajuelita, hay un sabor que alimenta algo más que el cuerpo. Se trata del tamal asado de Óscar Solano, un platillo que se ha ganado el corazón de toda la comunidad y que encierra en su preparación una mezcla única de historia, cariño y tradición.
“La receta me la enseñó una muy buena cocinera de la zona… pero también el talento lo llevamos en la sangre, mi abuela fue quien me dio mis primeras lecciones”, cuenta Óscar con orgullo.
Este tamal no es cualquier tamal. Su sabor, su textura y la selección de ingredientes lo hacen único: masa de maíz amarillo, queso Bagaces, leche agria, natilla casera, mantequilla, queso rallado, azúcar y polvo de hornear. Todo se mezcla con esmero, se coloca en moldes… y tras dos horas en el horno, aparece la magia.
Óscar lo prepara en fechas especiales, como turnos, fiestas patronales o rezos del Niño. Sin embargo, su historia tomó fuerza cuando, gracias a las ventas de este tamal, se logró recaudar dinero para construir la capilla del pueblo.
“El tamal era de lo más vendido en los turnos… y así fue como la gente lo empezó a conocer”, recuerda.
Hoy, el sabor de este platillo sigue convocando a vecinos, visitantes y fieles. Porque cuando una receta nace del corazón, no hay mesa que no la acoja.
Si desea encargarlo, puede comunicarse al teléfono 7045-9573.
Reviva esta historia en el reportaje que está en la portada de este artículo.