La receta que hace únicos a los tamales de Aserrí (y no está en la masa)
En La Tamalera La Flor, los tamales se envuelven con sabor y con la chispa de Don Marco Ney, cuya energía inspira a su equipo y fortalece la unión con la comunidad.
En Aserrí, la tradición del tamal tiene un lugar especial en La Tamalera La Flor, donde el ingrediente principal no se encuentra en la lista de compras: es la alegría de su propietario, Don Marco Ney Solís.
Quienes lo visitan saben que este tamalero nunca se queda quieto. Entre ollas y mesas, siempre aparece bailando, riendo y transmitiendo buena energía a los más de 20 colaboradores que forman parte de su equipo.
“Uno trabaja mejor cuando hay alegría en el corazón, y aquí tratamos de que cada tamal salga envuelto con ese mismo espíritu”, asegura Don Marco mientras mueve los pies al ritmo de la música que lo acompaña en la fábrica.
Esa chispa personal ha marcado la diferencia en el ambiente laboral. Sus empleados destacan que, gracias a él, la rutina se convierte en un espacio de bromas, baile improvisado y camaradería, donde cada día se siente como una pequeña celebración.
Parte del secreto del sabor de estos tamales radica también en el espíritu solidario de la empresa. Durante las fiestas patronales de San Luis de Tolosa, decenas de tamales son donados a la parroquia, para que sean vendidos en beneficio de la comunidad.
Más que una fábrica, La Tamalera La Flor es un lugar donde la tradición, la alegría y la solidaridad se entrelazan en cada hoja de plátano.
Puede repasar el reportaje completo en el video que está en la portada.