Los burritos de don Alexander: protagonistas silenciosos del Domingo de Ramos
Detrás de esta noble labor, hay años de experiencia y compromiso.
Cada Domingo de Ramos, las calles de muchas comunidades costarricenses se llenan de palmas, cantos y recogimiento. Es la procesión que marca el inicio de la Semana Santa y que recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén montado en un burrito, símbolo de humildad y paz.
Este año, como en muchas otras ocasiones, esa escena se volvió posible gracias a la ayuda de don Alexander González, un vecino comprometido con la fe… y con sus burritos (ver nota completa en el video adjunto).
Una misión con patas pequeñas, pero corazón grande
“Negrito” y “Trompito”: así se llaman algunos de los burritos que don Alexander cría y cuida con esmero en su finca. Ellos son los encargados de llevar la imagen de Jesús en las procesiones del Domingo de Ramos en diferentes parroquias del país.
Detrás de esta noble labor, hay años de experiencia y compromiso. Don Alexander prepara a sus animales para caminar con calma entre la multitud, sin alterarse por los cantos, campanas o palmas. Los entrena, los cuida y los transporta con todo el respeto que merece esta tradición.
“Todo esto lo hago por fe”, cuenta en entrevista con Más que noticias. “Me alegra ver cómo los niños se acercan, cómo las familias disfrutan la procesión, cómo la gente se emociona al ver al burrito llegar con la imagen del Señor”, agrega.
Lo más especial de esta historia es que don Alexander no cobra por este servicio. Lo hace con el corazón, y lo ha hecho en distintas comunidades a lo largo de los años, ayudando a mantener viva una costumbre que es parte del alma de muchos pueblos.