Ocho décadas de historia caben en esta casa celeste de Alajuela
En Pilas de Alajuela, una vivienda celeste se mantiene intacta con el paso del tiempo, custodiada por una matriarca de 91 años que recuerda cada clavo colocado.
En una calle serena de Pilas de Alajuela, donde el viento parece respetar la historia, se levanta una vivienda de color azul celeste que ha resistido al paso del tiempo. Su fachada, sencilla pero imponente, no solo guarda madera: resguarda vida, legado y amor familiar.
La casa, construida hace más de 80 años por la familia Castro Delgado, permanece en pie como un testimonio vivo del arraigo y la permanencia. Allí habita doña María Isabel, de 91 años, la matriarca que ha sido testigo de la transformación del barrio y del crecimiento de su hogar, desde que era apenas una estructura en construcción.
Con memoria firme y palabras que fluyen con precisión, relata cómo vio colocarse cada tabla, cómo se clavó cada pieza de madera y cómo sus manos —junto a las de su familia— ayudaron a levantar lo que hoy sigue siendo su refugio.
El jardín que rodea la casa embellece la escena como un cuadro natural. Las flores, cuidadas con esmero, también han aprendido a resistir. Cada pétalo y cada rama han presenciado cumpleaños, despedidas, juegos infantiles y largas tardes de café.
Aunque muchos han partido, los recuerdos permanecen. Marjorie, una de las hijas de doña María Isabel, creció entre esas paredes. Hoy vive en otro lugar, pero su memoria sigue anclada a esa casa de madera, a esos pisos que crujen con nostalgia y a esa mujer fuerte que aún cuida de todo como el primer día.
Más que una vivienda, esta casa celeste es un símbolo de permanencia en medio del cambio. En cada rincón se respira historia, y en cada historia, un pedazo de quienes la vivieron. Porque hay casas que no se habitan solo con el cuerpo, sino con el alma.
Reviva esta historia en el reportaje en video que aparece en la portada del artículo.