Odilie vivió la Guerra del 48, crió sin ser madre y fue pionera en telegrafía
Odilie Rojas tiene 104 años y conserva una memoria brillante. Su historia es ejemplo de fortaleza, ternura y legado.
En el cantón de Brasil, en Alajuela, vive una mujer cuya vida abarca más de un siglo de historia costarricense. Se llama Odilie Rojas, tiene 104 años y su existencia es un testimonio viviente de esfuerzo, ternura y sabiduría.
Nació en 1921, en San Antonio del Tejar, Alajuela, como la segunda de 16 hermanos. Desde pequeña asumió responsabilidades que la vida le impuso sin preguntar: cuidar a sus hermanos menores y convertirse en la segunda madre del hogar. “Así era antes”, comentan sus familiares, orgullosos de su legado.
Vivió en zonas como Río Cuarto y Sarapiquí, y fue testigo de momentos clave del país, incluida la Guerra Civil de 1948. En tiempos en que las mujeres rara vez salían del hogar para estudiar, ella dio un paso decidido: se trasladó a San José a los 30 años para formarse como telegrafista y redactora comercial. Así, se convirtió en una de las primeras mujeres en ejercer esta labor en Costa Rica.
Se casó con un campesino y, aunque no tuvo hijos propios, crió con amor a su cuñada menor como si fuera su hija. Hoy se rodea del cariño de dos nietas y cuatro bisnietos de corazón, fruto del amor incondicional que sembró a lo largo de su vida.
La longevidad parece ser parte de su herencia: sus hermanos más jóvenes ya superan los 80 años, y juntos siguen compartiendo anécdotas y memorias familiares. Odilie trabajó duro en el campo durante su juventud, pero nunca dejó de soñar. Su historia demuestra que la vida se alarga con amor, disciplina y esperanza.
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